¿Por qué es necesario el uso de retenedores después de un tratamiento de ortodoncia?

¿Imaginas realizarte un tratamiento de ortodoncia y, al finalizarlo, perder los resultados conseguidos?
El procedimiento no termina cuando se retiran los brackets o los alineadores, sino que los resultados deben mantenerse a lo largo del tiempo. Para lograrlo, es imprescindible usar retenedores de ortodoncia tras finalizar el tratamiento.

¿Para qué se utilizan los retenedores de ortodoncia?

Los dientes tienen tendencia a volver a su posición inicial una vez finalizada la ortodoncia. Los retenedores evitan este movimiento y garantizan que los resultados sean estables a largo plazo.

Un tratamiento de ortodoncia consta de tres fases:

  1. Estudio inicial.
  2. Fase activa, en la que el paciente lleva los aparatos correctores.
  3. Fase de retención, en la que se utilizan los retenedores.

Tipos de retenedores

Existen dos tipos principales:

  • Retenedores fijos. Son finas láminas de alambre cementadas en la cara interna de los dientes, normalmente de canino a canino, en ambas arcadas. Son discretos, cómodos y no provocan rozaduras.
  • Retenedores removibles. Hechos a medida, se parecen a los alineadores transparentes aunque no son completamente invisibles. Se colocan y retiran según las indicaciones del ortodoncista.

Retenedores en ortodoncia infantil

En niños, la ortodoncia interceptiva corrige malposiciones de los huesos maxilares a edades tempranas. Tras finalizar este tratamiento, se coloca un retenedor para mantener los resultados.
El más habitual es la placa de Hawley, formada por un arco metálico exterior y una pieza de acrílico que se ajusta al paladar. Aunque es común en niños, también puede emplearse en algunos adultos.

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